Día internacional del Flamenco

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Día del Flamenco, 16 de noviembre. ¡Qué día tan fantástico para vivir en Andalucía, España! La celebración de este día tiene un significado inmenso para muchos aquí en el soleado sur de España. El flamenco no es sólo un género musical; encarna el espíritu, la pasión y la riqueza cultural de Andalucía, la región del sur de España de donde procede el flamenco. Este género, que abarca danza, música, ritmo y color, entrelaza diversas influencias -moriscas, judías y gitanas- creando un tapiz que refleja la diversa historia de la Península Ibérica.

El origen

La verdad detrás de esta forma de arte es bastante oscura y profunda. Comenzó como una forma de expresión de los marginados, en concreto los gitanos. A través de sus bailes, su cante y sus instrumentos, compartían sus luchas, sus penas y también sus alegrías. El flamenco siempre fue pureza e intensidad, reflejadas en cada rasgueo de la guitarra y cada nota sentida. Es una forma de contar historias como ninguna otra. Más fuerte, más intensa y más real que ninguna otra.

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En realidad no hay una fecha concreta en la que surgiera el flamenco. Fue algo que surgió y se desarrolló con el tiempo debido a la gran mezcla de culturas durante aproximadamente 2 siglos. El origen debió de comenzar en torno al siglo XV, cuando las diferentes civilizaciones llegaron a España, Andalucía, e hicieron de Andalucía su hogar.

El Flamenco como género musical

El flamenco es famoso por sus hermosos bailes y sus magníficos trajes de fiesta. Las damas se adornan con rosas, peinetas, mantones, pendientes, abanicos… Pero antes de entrar en la estética y los bailes, queremos destacar la complejidad de la música.

Dado que sólo tiene unos pocos siglos de antigüedad, es un género musical relativamente joven. Basándose en el compás y en el ritmo del compás, la música puede subcategorizarse en diferentes grupos. Por ejemplo: un compás de 12 barras, con los acentos en las 3,6,8,10 y 12, puede ser una soleá, una alegría o una bulería. Entonces, ¿cómo saber cuál es? Escuchando y sintiendo. La soleá es mucho más lenta, las notas suelen tocarse en una escala menor, lo que hace que la música sea mucho más profunda y, a menudo, triste. La alegría tiene una velocidad muy cómoda y está llena de tonos mayores, creando una música muy alegre y feliz. Por último, la bulería, ésta es rápida. Como el paso de un coche de carreras de F1. Es excitante, emocionante, innovadora, inesperada. Es preciosa.

Esos son sólo 3 ejemplos de subcategorías. También tienes las jotas, los tangos, los tientos, las malagueñas, los fandangos y ¡mucho más!

Instrumentos

La protagonista de la música es sin duda la guitarra. Incluso hay una guitarra flamenca muy específica que debe utilizarse, y no la guitarra clásica. Los guitarristas combinan simultáneamente muchas técnicas de toque diferentes, creando una combinación de notas, sonidos, vibraciones y compases que nadie más que los guitarristas flamencos pueden imitar.

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(Foto de Rafael Galán García)

Otro instrumento muy importante es el cajón, la principal forma de percusión. Fue Paco de Lucía quien introdujo el cajón en el flamenco, revolucionando todo el género. Otra forma de percusión, más utilizada por los bailaores, son las elegantes castañuelas. Tienen un sonido muy peculiar y muy distinguible, marcando el ritmo en la música, y adornando la música con sonidos inesperados.

He aquí dos de mis «instrumentos» favoritos. No todos los instrumentos tienen que ser materiales, también pueden ser nuestro propio cuerpo. Y este es el caso del flamenco. Los zapatos flamencos, que llevan los bailaores, y, por supuesto, las palmas son elementos significativos de la música flamenca que la hacen completa.

Baile flamenco

Las primeras bailaoras de flamenco solían ser mujeres, que utilizaban su cuerpo como instrumento de expresión. Bailaban no sólo para divertirse, sino como medio de catarsis, para liberar emociones y hacer frente a una vida turbulenta llena de dificultades y adversidades. El baile es ferozmente personal e íntimo, y resuena profundamente tanto en el intérprete como en el observador. La naturaleza improvisada del flamenco permite una espontaneidad emocional que puede transformar cada actuación en una experiencia única, llena de sentimientos genuinos.

El flamenco es una llama eterna, una representación de la experiencia humana en su forma más pura. Es la encarnación del dolor y la celebración, la pérdida y la alegría. Nos permite conectar más allá de las fronteras culturales, compartiendo nuestra humanidad a través del ritmo, la melodía y la danza. El flamenco es, en esencia, la vida misma: apasionado, tumultuoso e innegablemente bello.

Coreografía de Juana Mari Gil Pérez, Directora de la escuela de danza de Casares.

Danielle Ernstsen | 16 noviembre 2024