Habiendo vivido en Andalucía desde mi infancia, ¡he tenido el privilegio de disfrutar de días veraniegos en épocas de invierno! ¿Qué suerte tengo yo, no? Si me apetece sentir las arenas áridas y las frescas olas del Mediterráneo cosquilleando mis pies, en vez de hacer senderismo entre el silbido de los bosques en los montañas de Casares, puedo simplemente bajar a la costa en un tiempo de 10-15 minutos (¡depende de quién conduce!). Me siento bastante poderosa en ese sentido, especialmente cuando me siento en mi terraza y miro hacia abajo sobre la playa, y después hacia arriba a las montañas y me pregunto: bueno, ¿a dónde iré hoy?
Éste fue el caso de hoy. Siendo una chica adolescente, puedo confesar tranquilamente que a veces tengo mis caprichos repentinos. Ya anduve con mi perra, recorriendo los carriles entre los bosques. Poco después, mientras me bebía mi té y admiraba la belleza del horizonte, decidí de pronto que me gustaría ir a la playa. Esto podría haber sido un problema si no estuviera a pocos minutos de mi hogar, pero como este no es el caso, he gozado de lo mejor de ambos mundos. ¡Tengo que remarcar sobre el hecho de el año nuevo nos regaló un día fabuloso de enero! Las olas que lentamente reposaban sus aguas sobre la orilla del mar, un cielo claro parcheado por nubes semi-evaporadas, y una temperatura que daba gusto verlo en el termómetro: 22 centígrados. Repito, ¡estamos en enero!
¿Cómo sería vivir con hijos en estas zonas?
Muchos padres se preguntan,como es vivir en el medio del campo con hijos. Pues, yo me crié en el campo, y les puedo decir por propia experiencia que esto fue un regalo para mí. Abría la puerta, y podía salir descubriendo. Abría la puerta, y respiraba el aire puro, oía los cantares de los pájaros y sentía como el viento susurraba entre la naturaleza colosal que me rodeaba. El pueblo de Casares lo tenía a solo 7 minutos de mi casa, por lo tanto visitar a amigas o asistir a actividades extraescolares tampoco era un problema. Vivir en algunos de estas zonas maravillosas de Andalucía es por supuestamente encantador, tanto para padres e hijos.
Nienke Ernstsen | 08 enero 2014