Un baño de bosque es una actividad popular procedente de Japón que consiste en realizar una visita a un bosque. No nos equivoquemos, no consiste en abrazar a los árboles ni mucho menos. La finalidad es obtener un bienestar para la persona. En nuestra parte del Sur de España, Andalucía es el epicentro del bienestar con la vida mediterránea, entre mar y montaña, siempre rodeados de naturaleza.
La historia del Shinrin-Yoku
Yoku significa exponer a baño, de acción de bañarse. Shinrin significa bosque, de ahí el nombre de Shinrin-Yoku, baño de bosque. No debemos tomar el significado literalmente, sino, más lo que es el sentido del significado. Bañarse en el bosque, sumergirse en la naturaleza, sentirlo y vivirlo. Tampoco necesariamente tiene que ser en un bosque; un parque puede ser suficiente, o cualquier zona verde que te llame la atención.
Durante años, investigadores han confirmado que pasear o simplemente estar en un bosque impulsa las emociones, el placer y la empatía. A la vez, disminuye esa parte del cerebro donde residen las funciones como planificar, resolver problemas y tomar decisiones. El Shinrin-Yoku fue introducido en la salud pública de Japón en los años 80. Creado para los afectados por el estrés, la hipertensión y la ansiedad de la vida urbana moderna. En un mundo donde todo va demasiado rápido, los baños en el bosque son para ir más despacio, caminar y sentir, oler la flora que nos rodea, oír los pájaros canturrear, ver como cambiar el paisaje mientras caminamos… Una terapia natural, un impacto positivo, que traduce en salud y calidad de vida.
Incorporando el Shinrin-Yoku en Andalucía
El Shinrin-Yoku lo conecto aquí con la vida en Andalucía ya que para mí, vivir en Andalucía es disfrutar de los pequeños placeres que ofrece nuestro rincón en el sur. Andalucía tiene rincones mágicos donde pasar horas descubriendo paisajes, respirando aire puro y disfrutando del maravilloso entorno.
Por ejemplo, aquí cerca de nuestro hogar Casares, tenemos varias zonas de montaña y bosque. Sierra Crestellina en Casares, Sierra Bermeja en Estepona, El Hacho en Gaucín, y el Valle del Genal; por mencionar algunos.
El Valle de Genal, un espacio sorprendente
Un lugar idílico que en esta época del año, toma un color cobrizo. El año pasado, tuve la suerte de disfrutar de este espacio natural. Aquí encontramos varias rutas de los pueblos blancos, como Gaucín, Jubrique, Juzcar (también conocido como el Pueblo Pitufo)…
Estuvimos en la parte de Jubrique/Genalguacil, justo en el río Genal. Hay senderos para perderse durante horas en el bosque, disfrutar de la experiencia del campo, despertar los sentidos y entrar en armonía con los ritmos de la naturaleza. En otoño, todo está caramelizado, las hojas, las plantas, los árboles, todo el entorno es dorado.
Después por supuesto, hay que parar a darle a las papilas gustativas la misma atención. Venta San Juan, icónico, comida casera, personas encantadoras, visita obligatoria.
Shinrin-Yoku: los baños de bosque
Cada vez, aumenta más los destinos rurales por todo el mundo para viajeros. Buscan espacios llenos de belleza, tranquilidad, silencio y verdes. En Andalucía, tenemos ese privilegio a diario, y os invitamos a pasear por estos lugares.
Para más información sobre los baños de bosque, el Shinrin-Yoku, os invitamos a echarle un vistazo a la página The Forest Therapy Hub, y al libro guía de 50 rutas por España para sentir la naturaleza creado por Alex Gesse y Gorka Altuna, especialistas en la materia.
Rebecca Marriott | 19 octubre 2021