Vivir en Andalucía no sólo consiste en hacer el día a día. Puedo deciros desde mi propia experiencia que vale la pena participar en las fiestas locales y provinciales de la zona, pues le enriquecerá con conocimientos sobre la cultura andaluza además de pasar un buenísimo día junto a sus vecinos y amigos. El pasado domingo 20 de abril subí al pueblo de Gaucín para entender el mundo del toreo en Gaucín. Fui al famoso encierro de toros.
El mundo del toreo en Gaucín
El evento, el encierre, que siempre se celebra el domingo santo, consiste en guiar a un toro, que finalmente será encerrado en una jaula en el destino final. Comienza con la guía de los participantes sobre toro, el cual corre por las calles del pueblo asignado hasta llegar a la jaula. Durante todo el camino, el objetivo de los participantes es incitar al toro a seguirlos y disfrutar de la adrenalina que recorre sus cuerpos.
El mundo del toreo en Gaucín es como ningún otro. Naturalmente, el encierre supone un deporte peligroso, pero a su vez es entretenido tanto para los que lo practican como para los que lo ven. En Gaucín hubo dos corridas, una por la mañana y otra por la tarde, dos grandes oportunidades para sentir el impulso de los practicantes del encierro de toros. Mientras tanto, los bares están abiertos para tomar una cerveza o algunas tapitas durante la espera de la llegada del toro, cosa que alegra al ambiente en la zona.
Visitas adicionales de Gaucín
Los alrededores de Gaucín son realmente preciosos. Antes de atender al encierro de toros a las cuatro de la tarde, almorcé en Genalguacil en la Venta San Juan. Para llegar aquí antes hay que pasar por una carretera serpenteante a través de los valles y montes de la Serranía de Ronda compuesto por quejigos, alcornoques y una gran diversidad natural. Ahora en épocas de primavera, las carreteras grisáceas se funden con el barro de los bosques y el verdor de sus hojas. Un paisaje espectacular. La venta se sitúa al lado del puente que cruza al Río Genal, y sirve un menú delicioso, y os aviso de ante mano, les servirán porciones grandes. ¿Y los niños? Sin problema. Con alguna supervisión de algún mayor pueden jugar en el río mientras llega la comida.
También los pueblos de Benarrabá y Ronda valen la pena de visitar. Cada pueblo montañés tiene su encanto personal, ya sea por sus minúsculas calles, los edificios o ruinas vetustas o por el ambiente acogedor de la zona. Al fin y al cabo, una simple fiesta local puede convertirse en un día entretenido descubriendo los pueblos montañeses de Andalucía.
Nienke Ernstsen | 22 abril 2014